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PERCEPCIÓN DE LAS MUJERES


Las mujeres muestran un mayor grado de insatisfacción general en sus relaciones de pareja que los hombres al inicio de la terapia. De hecho, son ellas las que han planteado la necesidad de buscar ayuda externa. Sin embargo, esta última afirmación no es significativa, por lo que no podemos generalizar dicha afirmación.

Aparecen diferencias significativas entre hombres y mujeres en lo referente al grado de compromiso que sienten por su relación.

Las mujeres muestran en general un estado de ánimo más bajo que los hombres  en el momento de iniciar la terapia de pareja.

Sí que aparece una diferencia  claramente significativa entre hombres y mujeres en el manejo de los conflictos.

La mayor insatisfacción en las mujeres en su relación de pareja gira en torno al ocio, a la cantidad y la  satisfacción del tiempo que pasan juntos. Para ellas la relación gira en torno del manejo de las responsabilidades de lo cotidiano: la casa, el trabajo, los niños. Mientras que la cantidad de tiempo que se dedican a estar juntos y disfrutar de la relación es muy escasa. Las actividades de ocio de los dos tampoco les resultan lo suficientemente satisfactorias. Ellos en general, se muestran más satisfechos en este apartado del manejo del ocio. Aunque si que echan en falta disponer de más tiempo juntos y no se sienten satisfechos en este apartado, lo justifican  en relación a los condicionantes de la vida cotidiana. En lo referente a su vida íntima y sexual no aparecen diferencias significativas entre los dos sexos, tanto para hombres como para las  mujeres, su vida sexual es insatisfactoria y creen en  la importancia de intentar  algún cambio en este sentido.

En el apartado  del grado de compromiso por la relación aparecen algunas diferencias entre la percepción de hombres y de las mujeres, en cómo se sienten y viven su compromiso por la relación. En general, estas diferencias marcan una tendencia, pero no son significativas, tenemos que profundizar en su estudio. Donde sí que aparecen diferencias significativas es en los siguientes dos aspectos:
Ellos se sienten más comprometidos que ellas en lo referente a hablar con terceros de lo positivo de su relación. Cuando están con amigos o compañeros comentan con naturalidad la satisfacción, los aspectos positivos de su  relación, no airean sus problemas. Ellas se callan o manifiestan su malestar a terceras personas y en contextos sociales.

Ellos también puntúan por encima en el ítem “creo que le dedico (al otro) lo mejor de mi”.  Ellas puntúan significativamente más bajo en este sentido. Es importante tener en cuenta que la percepción de lo que es positivo para los dos sexos puede que no coincida. Cuando hemos ahondado más en este punto ellos hablan  de hacer cosas por, de estar apoyándola en algunas tareas, de ceder a sus peticiones, mientras que ellas se refieren más específicamente a las muestras de cariño, de afecto, de cuidado del otro.
En el estado de ánimo las mujeres se sienten más bajas de ánimo que los hombres, pero en una evaluación global.  En este primer trabajo no se evalúan  algunos otros aspectos que podrían estar influyendo en su ánimo en ese preciso momento, por lo que habría que estudiarlo de una manera más detallada.  Normalmente nos encontramos que los dos miembros de la pareja tienden a puntúan bajo en su estado de ánimo, no hay una gran discrepancia entre el ánimo de uno y el del otro.


En el apartado del manejo de los conflictos sí que aparecen ser significativas las diferencias encontradas en el manejo de los conflictos  entre hombres y mujeres. Estas diferencias no tienen que ver con quién gana los conflictos, sino con el manejo emocional  personal durante los conflictos y sobre todo, en relación a las estrategias que utilizan en las peleas. Las diferencias significativas se encuentran en la utilización de expresiones con amenazas de violencia verbal o física por parte de los hombres hacia sus parejas. Ellos manifiestan que las utilizan con cierta frecuencia para controlar los conflictos y ganarlos. 

Ellas verbalizan que ésta es la manera en la que son tratados los conflictos en su relación, es decir los dos miembros de la pareja están de acuerdo en este hecho. El uso de violencia real como estrategia en el manejo de los conflictos también aparece como una realidad en las parejas que acuden a consulta. Son ellos los que muestran en mayor medida estos comportamientos agresivos. Ellas reconocen que sus parejas los están utilizando

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